El horno es una de las herramientas más versátiles en cocina por poderse cocinar diversidad de elaboraciones utilizando diversidad de ingredientes. Cocinar al horno es una técnica de cocción que se realiza en un ambiente cerrado y mediante aire caliente, simple o ventilado. Es una cocción muy homogénea al obtener el calor de manera constante y regular.
La clave del horno es saber combinar bien los tiempos y temperaturas de cocción. De forma general:
- A más temperatura y menos tiempo se obtienen texturas más crujientes
- A temperaturas más bajas (120-150ºC) y tiempos largos se obtienen texturas más melosas.
Se puede jugar con estos dos parámetros según el tipo y grosor del producto o combinar temperaturas en una misma elaboración.
Pasos a seguir:
- Precalentar el horno (a unos grados más de los señalados en la elaboración) unos minutos antes de introducir los alimentos para obtener una temperatura homogénea.
- Asegurar el uso de utensilios y bandejas aptos para el horno.
- Una vez todo esté en el horno, bajar la temperatura a los grados de cocción deseados. Durante la cocción, no abrir y cerrar el horno a menudo, ya que se pierde mucho calor.
- Verificar que el producto está cocinado pinchándolo con un palillo o un tenedor. En pescados y carnes, si las espinas o huesos se separan fácilmente de su carne indica que ya están listos.
- Retirar la elaboración del horno utilizando siempre trapos o guantes para evitar quemarnos.
- Aprovechar el calor remanente del horno para, por ejemplo, calentar, atemperar o descongelar otras elaboraciones.
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